Ser brasileño es ser un mosaico de todo que está alrededor, es difícil encontrar un brasileño legitimo y auténtico. Ser brasileño es criticar los otros, y con eso ser criticado. Ser brasileño es andar en la calle con miedo de asalto, y quedar aliviado por llegar bien en casa. Ser brasileño es olvidarse de los problemas y divertirse en el carnaval, y acordar del que hizo el miércoles de cenizas tras el medio-día. Ser brasileño es le gustar comer una sabrosa “feijoada”. Ser brasileño es mirar los clasificados de empleo y desanimarse, pero inmediatamente olvidar a causa de su equipo de corazón. Ser brasileño es amar las cosas más sencillas de la vida, y también las más complicadas. Ser brasileño es enorgullecerse de nuestra selección, y llorar cuando ella pierde. Ser brasileño es luchar por la libertad, como la Directas Ya. Y así, votar en candidatos... Errados. Ser brasileño es ser de la derecha. Y de la izquierda también. Ser brasileño es comprar otra TELE sólo para ver el juego sin incomodar la novela de la mujer. Ser brasileño es tener el deseo de viajar para el exterior, sin antes querer por lo menos conocer el Brasil. Ser brasileño es andar en la contra-mano, sólo para no hacer el retorno. Es reír cuando no se puede. Ser brasileño es quedar feliz por comprar un coche importado, o aún más contento por tener un lugar para sentarse en el autobús lleno.
