Acostumbro decir que desde la naciente de los ríos... Delimita los márgenes, siguen destinos diferentes en medio a la correntosa y luchan por sí sólo contra la devastación ajena... La vida es un sólo río... Donde todo pasa y lo que permanece son nuestras elecciones... Sean ellas finales, momentáneas o futuras...
La Infancia...
1982 fue el año el cual vine al mundo, el 14 de diciembre, se oían los primeros lloros. En la maternidad local, primera hija... Y un bello bebe. Días y noches... Sol lluvia... Años a fuera... Fui creciendo en el compaso de las horas...
Ya entrando en la fase niña... Crecí en medio de un mundo el cual, en el futuro notaremos que se habrá se extinguido, en Pró. de la evolución.
Jugaba en las calles... Diversos juegos del tiempo de nuestros padres, sin embargo buenos y divertidos... Mi casa quedaba en una calle sin salida. Los vecinos todos los años, hacían fiestas. De acuerdo con las fechas conmemorativas, la más común era la fiesta Junina, amigo secreto.
Los corazones eran puros y los juegos saludables... Ser niño era antes cargar para sí la alegría en un sólo mirar. Tiempos buenos que jamás volverán
Crecía. En el compaso de las horas, mí personalidad se formaba. Las marcas dejaron de ser tan angelicales.
A los 10 años yo ya era casi una niña- mujer, una bailarina responsable, eso por que en esta época ya bailaba como gente grande, pero los juegos prevalecían. Los estudios seguían la ruta del saber.
Me dejaba llevar por la “Felicidad” y “Elecciones” de mi vida. Vivíamos en “paz”. Éramos yo, mi hermana, mi padre y mi madre. Estudié en los mejores colegios, familia tradicional, pasaba mayor parte del tiempo en la casa de mis abuelos maternos prójima de todo. Mi abuelo era sabio, culto, justo, trascendía cualquier parecer... E imagen... Él era mi ídolo... Mi ejemplo de hombre... De vida... De todo... Lo amaba... A lo largo de la vida.
Siempre tuve conmigo la anciana por poder narrarles lo cuánto ya viví, desde niña, me imaginaba escribiendo mi biografía, no solamente historias de vida, sino las que comprenden mi ser... Ser, ese que día a día se hizo cada vez más humano, sensible, osado, abusado diferente.
Era la certeza de que se así lo hiciera, buena parte de mis problemas se resolverían, respuestas surgirían con el tiempo, a la esperanza viva de que sueños existen y que debemos direccionarnos por ellos y realizarlos si posible.
Crecí en medio de un turbión de emociones, muchas de ellas fueron contenidas, muchas lágrimas recorrieron mi face, muchas noches en claro, cuestionamientos, sensaciones inexplicables, insistían en sufocarme, caminos errados recorrí, sin siquiera desvirtuarme, tuve experiencias fantásticas, momentos de gloria, dolor, soledad, sexo explícito, locuras sin fin... Mi vida era así... Loca, sin embargo feliz, tonta, pero jamás bruta, siempre consciente de mis actos, hice de los días un capítulo diario de una historia sin fin... Historia esa que hizo valer la pena. Y no me arrepiento de nada se volviera el tiempo viviría todo igual. Descubrí que el pensar de muchos se revela delante hay falsos moralismos, hipocresía, rotulación desnecesaria y observación continua de la vida ajena. Hablar es un don que todos poseen, pero la sabiduría está en los que hablan y hacen.
Hoy sé que criticar es fácil, quiero ver hasta qué punto las personas tienen autonomía en conocer sus víctimas. Ante la sociedad cada cual representa una sólo “figura”, pero lo que ni todos saben, o siquiera se cuestionan es el hecho de que no siempre sepan con quien de hecho van para cama, o dividen sus vidas y sus historias. Aprendí a no enmascarar mis emociones, sensaciones, vivencias, sexualidad, romances, miedos y fragilidad en ser mujer.
Y haber sido una niña mujer. Fueron vastas las relaciones, injusticias sentidas en la piel, hombres errados. Seguía como si los días jamás pasaran, como si las horas nunca tuvieran fin, como el alma de un niño, la cual espera por un amor verdadero, una reciprocidad, comprensión, reconocimiento.
Erraba siempre sólo que siempre nunca habrá de ser para siempre.
Guardé conmigo cada instante, cada momento que es parte de una historia. Durante mis 64 años, encaré mucha cosa, superé a mí misma, descubrí mis miedos, trabé luchas diarias contra pensamientos que vagaban en medio de pesimismo, reconocí sentimientos. Siempre bien humorada, bonita, atractiva con mi forma de ser, andar, actuar y hablar. Tardó años para que la confianza estuviera lado a lado, para que los pudores fueran olvidados, me desnudé de mitos.
Bailar y vivir el español siempre fueron a la razón de mi vida y hoy veo que conseguí unir esas dos pasiones. Junto con mi marido que, a pesar de ser un gran ingeniero, comparte y apoya mis sueños, imaginé y creé un centro de cultura española que es una referencia en todo país.
Tengo 4 hijos y 2 nietos que son la razón mayor de mi vivir. A pesar de los errores, siempre seremos y somos nosotros mismos los responsables de nuestros actos, sueños y deshecho final. Conozcan a sí mismos para después intentar conocer más del mundo, les cuento lo que algunos siquiera vivieron, otros jamás pensaron, algunos osaron, a miles les gustaría saber, ver, vivir, oír, leer, debatir.
Somos un sólo perdido en el tiempo, ese que no vuelve más, no congela para que desvelemos sus misterios. Él sólo vuela en el compaso de los vientos que soplan.
Dando sentidos a los días que escogemos por vivir. Cada cual asu manera. Soy lo que soy y eso basta, bastará siempre...
La Infancia...
1982 fue el año el cual vine al mundo, el 14 de diciembre, se oían los primeros lloros. En la maternidad local, primera hija... Y un bello bebe. Días y noches... Sol lluvia... Años a fuera... Fui creciendo en el compaso de las horas...
Ya entrando en la fase niña... Crecí en medio de un mundo el cual, en el futuro notaremos que se habrá se extinguido, en Pró. de la evolución.
Jugaba en las calles... Diversos juegos del tiempo de nuestros padres, sin embargo buenos y divertidos... Mi casa quedaba en una calle sin salida. Los vecinos todos los años, hacían fiestas. De acuerdo con las fechas conmemorativas, la más común era la fiesta Junina, amigo secreto.
Los corazones eran puros y los juegos saludables... Ser niño era antes cargar para sí la alegría en un sólo mirar. Tiempos buenos que jamás volverán
Crecía. En el compaso de las horas, mí personalidad se formaba. Las marcas dejaron de ser tan angelicales.
A los 10 años yo ya era casi una niña- mujer, una bailarina responsable, eso por que en esta época ya bailaba como gente grande, pero los juegos prevalecían. Los estudios seguían la ruta del saber.
Me dejaba llevar por la “Felicidad” y “Elecciones” de mi vida. Vivíamos en “paz”. Éramos yo, mi hermana, mi padre y mi madre. Estudié en los mejores colegios, familia tradicional, pasaba mayor parte del tiempo en la casa de mis abuelos maternos prójima de todo. Mi abuelo era sabio, culto, justo, trascendía cualquier parecer... E imagen... Él era mi ídolo... Mi ejemplo de hombre... De vida... De todo... Lo amaba... A lo largo de la vida.
Siempre tuve conmigo la anciana por poder narrarles lo cuánto ya viví, desde niña, me imaginaba escribiendo mi biografía, no solamente historias de vida, sino las que comprenden mi ser... Ser, ese que día a día se hizo cada vez más humano, sensible, osado, abusado diferente.
Era la certeza de que se así lo hiciera, buena parte de mis problemas se resolverían, respuestas surgirían con el tiempo, a la esperanza viva de que sueños existen y que debemos direccionarnos por ellos y realizarlos si posible.
Crecí en medio de un turbión de emociones, muchas de ellas fueron contenidas, muchas lágrimas recorrieron mi face, muchas noches en claro, cuestionamientos, sensaciones inexplicables, insistían en sufocarme, caminos errados recorrí, sin siquiera desvirtuarme, tuve experiencias fantásticas, momentos de gloria, dolor, soledad, sexo explícito, locuras sin fin... Mi vida era así... Loca, sin embargo feliz, tonta, pero jamás bruta, siempre consciente de mis actos, hice de los días un capítulo diario de una historia sin fin... Historia esa que hizo valer la pena. Y no me arrepiento de nada se volviera el tiempo viviría todo igual. Descubrí que el pensar de muchos se revela delante hay falsos moralismos, hipocresía, rotulación desnecesaria y observación continua de la vida ajena. Hablar es un don que todos poseen, pero la sabiduría está en los que hablan y hacen.
Hoy sé que criticar es fácil, quiero ver hasta qué punto las personas tienen autonomía en conocer sus víctimas. Ante la sociedad cada cual representa una sólo “figura”, pero lo que ni todos saben, o siquiera se cuestionan es el hecho de que no siempre sepan con quien de hecho van para cama, o dividen sus vidas y sus historias. Aprendí a no enmascarar mis emociones, sensaciones, vivencias, sexualidad, romances, miedos y fragilidad en ser mujer.
Y haber sido una niña mujer. Fueron vastas las relaciones, injusticias sentidas en la piel, hombres errados. Seguía como si los días jamás pasaran, como si las horas nunca tuvieran fin, como el alma de un niño, la cual espera por un amor verdadero, una reciprocidad, comprensión, reconocimiento.
Erraba siempre sólo que siempre nunca habrá de ser para siempre.
Guardé conmigo cada instante, cada momento que es parte de una historia. Durante mis 64 años, encaré mucha cosa, superé a mí misma, descubrí mis miedos, trabé luchas diarias contra pensamientos que vagaban en medio de pesimismo, reconocí sentimientos. Siempre bien humorada, bonita, atractiva con mi forma de ser, andar, actuar y hablar. Tardó años para que la confianza estuviera lado a lado, para que los pudores fueran olvidados, me desnudé de mitos.
Bailar y vivir el español siempre fueron a la razón de mi vida y hoy veo que conseguí unir esas dos pasiones. Junto con mi marido que, a pesar de ser un gran ingeniero, comparte y apoya mis sueños, imaginé y creé un centro de cultura española que es una referencia en todo país.
Tengo 4 hijos y 2 nietos que son la razón mayor de mi vivir. A pesar de los errores, siempre seremos y somos nosotros mismos los responsables de nuestros actos, sueños y deshecho final. Conozcan a sí mismos para después intentar conocer más del mundo, les cuento lo que algunos siquiera vivieron, otros jamás pensaron, algunos osaron, a miles les gustaría saber, ver, vivir, oír, leer, debatir.
Somos un sólo perdido en el tiempo, ese que no vuelve más, no congela para que desvelemos sus misterios. Él sólo vuela en el compaso de los vientos que soplan.
Dando sentidos a los días que escogemos por vivir. Cada cual asu manera. Soy lo que soy y eso basta, bastará siempre...
2 comentarios:
Veja se entendi direito. Tem ficção no texto. Na parte dos 64 anos pra frente, mas o começo é real?
o texto é todo ficcão..o blog surgiu de uma materia na facu... e essa era uma proposta de redação escrever uma biografia ...
Publicar un comentario